martes, 4 de febrero de 2014

Silencio por costumbre...


No es que no haya un mensaje, ni una llamada, ni un correo...
Lo que pasa es que aún habiendo todo eso, no hay empatía ni comunicación.

No se logran las frases terminadas, no se logra cerrar cada palabra.
A lo lejos del abismo, allá tan lejano y sin rumbo, quedan colgando de un latido, todos aquellos suspiros que alguna vez estuvieron tan presentes.

Ella constantemente se refugia en sus manos, vuelve la cabeza una y otra vez tratando de encontrar soluciones.
Él tan callado como nunca, desvía la mirada en la lejanía del horizonte, en donde solo hay un cuadro.

No hay ruído, pero tampoco es necesario...No hay llanto, pero se oye el sentimiento..
Es la incertidumbre del ahora lo que los tiene con mayor angustia.

Suena el teléfono pero nadie hace caso, y vienen a la mente todos aquellas frustraciones por las que han pasado.
Es un cuento sin mentiras, tan largo que apenas recuerdan el comienzo, tan intenso que aún no se van aquellas pasiones, tan de hadas que es complicado alejarse para siempre.

Restregarse una y otra vez las culpas los envuelve en ese ambiente hostil que tanto odian.
Ella se queda callada, él se va sin decir nada...

Tal vez no es el momento de expresar lo que sienten, quizás sea mejor esperar callados.

Y entonces todo se calma...
Él regresa a su lado, ella sonríe al abrazarlo. Se acurrucan en la cama, suspiran y se relajan.
Mientras tanto ambos piensan: ya llegará ese momento, en el que sin tener que lastimarnos, debamos separarnos...

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Antítesis...

Siendo como soy, así quiero que me esperes. Quizás llegue tarde como siempre, pero nunca dudes de si iré o no... Soy aquella que busca un dí...